Si supieses que mañana vas a morir
¿qué harías hoy? Sí, así de perpleja, y sin palabras (pese a mi verborrea
habitual) me quedé yo cuando un
buen amigo me planteaba la pregunta mientras cenábamos y divagábamos sobre la
vida.
Resulta que en una charla de
Fernando Botella le habían contado que hay estudios con enfermos terminales que
desvelan que haríamos todo lo que no hemos sido capaces de hacer por miedo o
por circunstancias: viajar, vivir aventuras, amar, emprender, disfrutar y en
definitiva arriesgar más.
Y es que nos ha tocado protagonizar
una generación entrenada para el éxito, para comprarte una casa, casarte antes
de los treinta, tener una familia, un coche y un buen trabajo, que para eso nos
hemos formado a conciencia. Pues resulta que no, que las circunstancias son
otras, y que se ha generado una sociedad donde va sumando terreno la frustración
porque no somos capaces de asumir el fracaso.
Y digo yo ¿qué pasa si fracasamos? ¿Dónde queda la satisfacción de haberlo intentado? Como no nos vamos a morir mañana (o eso es lo que esperamos) nos vamos a caer,
nos haremos pupita y luego a levantarse con la experiencia del camino recorrido, y más tiempo para volver a intentar lo que queremos. Porque la vida no es una
línea recta, tiene sus altibajos y son todos maravillosos y necesarios, porque
para aprender hay que perder y porque sí, porque es mucho más apasionante salir a buscar aquello que nos hace felices que simplemente contar con que nos
va a ir bien.
Dice Jorge Rubín, que es otro de
mis gurús, que a los seres humanos nos viene mal acomodarnos. Tenemos que aspirar
a ser culos inquietos capaces de imaginar, de crear, de intentar nuevas cosas, adaptarnos a las realidades que nos presenta
la vida y acercarnos, como bien me dijo una vez, a aquellas personas que suman
en tu vida, que te enseñan y que te aportan.
Entonces ¿qué hacemos? Pues retarnos
constantemente, plantearnos objetivos en el trabajo, en la vida y en el amor e
ir a por ellos sin esperar por supuesto, como pasa habitualmente, a que el
cambio venga de hoy a mañana, porque además somos caprichosos, impacientes y enemigos del esfuerzo.
Comienza a sembrar a evolucionar, cáete,
levántate y un día, sin que entiendas por qué, y tal y como me contó Rafael
Aguilar, todo comenzará a salirte bien sin que el resultado sea fruto de la
suerte, sino de tu trabajo, tu lucha y tu constancia.
¡Ah! Y añado yo algo que le
contesté también a este amigo mío cuando me dijo que aún soy joven para
encontrar al amor de mi vida. El amor de mi vida soy yo, me quiero tanto que me
esfuerzo por ser feliz y por hacer especial cada uno de los días de mi
existencia, para que merezcan la pena recordarlos. Quiérete, quiérete mucho y atrévete, así se empieza el sendero.
Me da miedo morirme mañana sin haber
sonreído hoy, por eso prometo, que en esta etapa emprendedora de mi vida el
miedo no me va a paralizar, me va a empujar a conseguir mis objetivos y sobre
todo me comprometo a no enfadarme conmigo misma si me equivoco, si no es lo que
había planificado o si hago algo que no está a la altura de lo que los demás
esperan de mí. Soñaré con el mañana, pero con los pies en el día de hoy, que
precisamente me ha regalado momentos que guardaré en el corazón para siempre.
Regla María Gómez Tejada
Hola...., me ha encantado tu post.
ResponderEliminarCiertamente hay que arriesgar más...¿pero es un decir? ¿lo queremos para los demás o para nosotros mismos? creo que tiene mucho que ver con la motivación, la ilusión...y nuestras ganas de hacer cosas y superarnos.
Es tan importante la ILUSIÓN!!! ¿cuándo fue la última vez que te ilusionaste por algo? debemos hacerlo más a menudo!!!
Hay quien le gusta las "cosas como están"....y no quieren que se las toque....el llamado "zona de confort". Aprovecho aquí para mencionar unas palabras de una colega fotógrafa Irene Vélez, que opinió sobre esto:
"Lo mejor de abandonar tu zona de confort es conocer a gente maravillosa, a gente que te enseña lo grande que es el mundo, lo mucho que te queda por aprender, lo ignorantes que somos entre nuestras cuatro paredes. Abandonar los miedos significa pasar por encima de ellos, dejarlos atrás, cambiar las incertidumbres por seguridades, abandonar las debilidades por fortalezas y seguir adelante sin "miedo al miedo" porque cambiar es sinónimo de Vida, sinónimo de sueños por cumplir, sinónimo de grandes vivencias y lo más importante del mundo, como diría mi peque es "Ser Feliz".
Que palabras más bonitas. Está claro que el mundo es de los que arriesgan. En todos los ámbitos de la vida. Y quien aprende de los errores da dos paso para delante.
Animo a todos a que se "atrevan"!!! que para volver a "nuestro charco" de cofort siempre hay tiempo.
Un abrazo a todos y felicidades Regli por el tema, joseluislluelma, fotografía
www.joseluislluelma.com
Como diría una buena amiga mía, que alude siempre a la película de Nemo: " Sigue nadando, sigue nadando..."
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